Miembros del Parlamento Europeo publican una carta al Alto Representante condenando enérgicamente el uso de la pena de muerte en Bahrein

El 2 de octubre de 2020, se dirigió una carta firmada por 15 miembros del Parlamento Europeo al Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, en la que se citaba la preocupación por las continuas violaciones de los derechos humanos en Bahrein y se condenaba enérgicamente el uso de la pena de muerte en el país.

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Según la carta, 23 de las 34 personas condenadas a muerte desde 2014 han alegado tortura y han sido sometidas a juicios injustos. Las condenas de estos individuos fueron motivadas políticamente. Después de que Bahrein pusiera fin a una moratoria de siete años sobre la pena de muerte en 2017, tres hombres fueron ejecutados a pesar de las pruebas de detención arbitraria, las denuncias de tortura y la denegación de un asesoramiento jurídico adecuado.

En la carta también se citaba la preocupación por los casos de Mohammed Ramadan y Hussein Moosa, ambos condenados en un juicio injusto que se basó en gran medida, si no totalmente, en pruebas obtenidas mediante tortura. En julio de 2020, el Tribunal de Casación confirmó las condenas a muerte de ambos hombres, lo que significa que ahora corren el riesgo de ser ejecutados inminentemente tras haber agotado todos los demás recursos legales.

Las organizaciones internacionales y los grupos locales de derechos humanos, incluidos varios organismos de las Naciones Unidas, denunciaron públicamente la denegación del derecho del Sr. Ramadán y del Sr. Moosa a un juicio justo.

Basándose en estas preocupaciones, los diputados pidieron al Alto Representante que se opusiera públicamente a la aplicación de la pena de muerte, en particular a los casos de Mohammed Ramadan y Hussein Moosa, y que pidiera la liberación de todos los presos políticos. También pidieron que el Alto Representante utilizara su influencia para ejercer presión sobre Bahrein y hacer que los responsables de la tortura rindieran cuentas. Por último, en la carta se pedía que la Unión Europea estableciera un diálogo sobre derechos humanos con Bahrein y se mantuviera vigilante en relación con los acontecimientos en la región del Golfo, instando a Bahrein a cumplir sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.