Perfil en persecución: Ali Ateya Ali

Ali Ateya Ali trabajaba en una mezquita antes de su detención arbitraria este año. Fue golpeado por agentes del Comando de las Fuerzas Especiales de Seguridad (SSFC), y se le ha negado el acceso a un abogado durante su juicio. También padece una enfermedad y no está recibiendo la atención adecuada mientras está detenido.

El 14 de agosto de 2018, mientras estaba presente en la calle principal de Sitra para participar en una marcha pacífica en solidaridad con los presos bahreiníes, las fuerzas del SSFC con ropa oficial detuvieron arbitrariamente a Ali. Los agentes lo golpearon en la espalda y el cuello y lo llevaron a la comisaría de Sitra, donde los funcionarios del Ministerio del Interior (MdI) interrogaron a Ali durante aproximadamente cinco horas. Ali confesó que estaba presente en Sitra para participar en la marcha, pero que se lo impidieron cuando las fuerzas antidisturbios lo detuvieron y golpearon. Pidió que le llevaran al hospital para examinar sus heridas resultantes de la paliza, pero los agentes se negaron. Ali padece hidrocefalia, una enfermedad en la que se acumula líquido cefalorraquídeo dentro del cerebro, lo que suele provocar un aumento de la presión dentro del cráneo. A pesar de ello, los agentes no le dieron su medicación hasta 11 días después de su detención, el 25 de agosto de 2018.

Hasta el 15 de agosto de 2018, nadie sabía sobre el paradero de Ali hasta que su abogado fue a la Oficina de la Fiscalía (OPP) para ver si Ali estaba presente y confirmó que estaba en la OPP para ser investigado. No se informó a la abogada de Ali sobre la investigación para que se preparara, ni se le permitió asistir. El 15 de agosto de 2018, después de que Ali confirmara su confesión, fue trasladado al Centro de Detención del Dique Seco a la espera del juicio.

El 26 de agosto de 2018, Ali fue trasladado a la clínica de la prisión debido a que sufría un continuo y fuerte dolor de cabeza y dolor por la paliza. Se le diagnosticó de nuevo hidrocefalia, para lo que se le recetó un medicamento diferente al que le había recetado anteriormente su médico privado. Ali se negó a tomar este medicamento y pidió que lo llevaran al Hospital Médico Salmaniya para ver a su médico personal especializado en su estado de salud. Hasta ahora no ha habido respuesta a su petición.

El 28 de agosto de 2018, Ali fue llevado al edificio del Departamento de Pruebas Criminales (afiliado al Ministerio del Interior) para ser presentado al médico forense para que examinara sus heridas por la paliza a la que fue sometido durante su detención. Se demostró que había rastros de golpes, y se le dijo que el asunto se está investigando. Sin embargo, no se le ha revelado a Ali ningún resultado.

El 25 de septiembre de 2018, sin poder prepararse ni reunirse con su abogado, Ali asistió a su juicio, en el que se añadió a sus cargos un cargo de agresión a un agente de seguridad. El caso de Ali fue remitido al Tribunal Penal Superior y se espera su veredicto el 29 de noviembre de 2018. Ali permanece en el Centro de Detención del Dique Seco.

El 30 de octubre de 2018, fue trasladado a la clínica del Dique Seco cuando se desmayó debido a la demora de las autoridades penitenciarias en darle su medicina. Desde entonces, ha empezado a recibir su medicación con regularidad.

Los malos tratos de Bahréin y el juicio injusto que se está llevando a cabo contra Ali constituyen una violación de sus derechos humanos fundamentales y de las obligaciones internacionales y nacionales de Bahréin. En este caso, como en otros, el gobierno de Bahréin no cumplió con sus obligaciones en virtud de los tratados internacionales de los que es parte, incluidos el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.  A la luz de estos antecedentes, la ADHRB pide la puesta en libertad de Ali con la reparación de los sufrimientos pasados y, en caso de que puedan sostenerse cargos penales graves contra él, un juicio justo llevado a cabo con arreglo a normas jurídicas universalmente acordadas y abierto a la supervisión y evaluación internacionales.