Perfil en Persecución: Jaffar Faisal Hashem

Jaffar Faisal Hashem era un trabajador de una fábrica de 23 años cuando fue detenido por la fuerza sin orden judicial en la casa de su abuelo en Jidhafs, Bahrein. Fue arrestado y fue sujeto de una desaparación forzosa durante 20 días. En este tiempo estuvo en régimen de aislamiento mientras le torturaban física y psicológicamente y le interrogaban.  Jaffar es una de las 51 personas condenadas en un juicio masivo el cuál violó las normas de debido proceso. Actualmente se encuentra recluido en el centro de detención de Dry Dock.

El 9 de noviembre de 2019 a las 2 a.m., la policía antidisturbios, las fuerzas de los comandos y oficiales enmascarados vestidos de civil irrumpieron en la casa del abuelo de Jaffar sin llamar y se dirigieron directamente a la habitación donde dormían Jaffar y su hermano. Jaffar fue golpeado en su casa y en la calle, donde sus gritos fueron escuchados incluso en las casas vecinas.  Las autoridades no buscaban a Jaffar y los agentes no indicaron el motivo de su arresto. Jaffar había regresado de Irak la semana anterior, donde estaba de peregrinación durante Ziyarat Arabeen; una peregrinación chií de la ciudad santa de Karbala para conmemorar el período de los 40 días de luto siguientes al aniversario del asesinato del nieto del Profeta Muhammad, el Imam Hussain.

Jaffar pudo contactar con sus padres durante 5 segundos para informarles que que estaba bien y que lo trasladaban al edificio de interrogatorios, antes de que se le cortara la llamada. Luego estuvo desparecido durante 20 días los cuales permaneció en régimen de aislamiento en el Departamento Central de Investigación (CID). En el CID, Jaffar fue sometido a malos tratos y torturas que duraron toda una semana, siendo golpeado por todo el cuerpo, especialmente en la cabeza y recibiendo descargas eléctricas. Los agentes del CID también acosaron sexualmente a Jaffar y lo amenazaron con violarlo. Todo esto se hizo con la intención de obtener una confesión forzada de los cargos preseleccionados, que finalmente Jaffar confesó como resultado de la tortura que se le infligió. No se permitió la presencia de ningún abogado durante los primeros 20 días de detención, después Jaffar fue trasladado a la Oficina del Fiscal Público (OPP) y luego al Centro de Detención Dry Dock, donde permanece.

El 3 de noviembre de 2020, Jaffar fue condenado junto con otras 50 personas en un juicio masivo en Manama, que se vio empañado por violaciones del debido proceso y en el que se utilizaron pruebas obtenidas bajo tortura, como fue el caso de Jaffar. De 51 personas, 27 fueron condenadas in absentia. Fue acusado de (1) unirse a una organización terrorista que busca obstruir el estado de derecho y la constitución y obstruir el funcionamiento de las instituciones estatales y dañar su unidad nacional, (2) recibir dinero de la organización terrorista para satisfacer sus necesidades básicas, y recibir fuegos artificiales y almacenarlos para detonarlos para actividades terroristas, y (3) proporcionar a los miembros de la organización terrorista armas, municiones, fuegos artificiales y dinero para sembrar el caos, desencadenar tensiones, debilitar a los constituyentes del Estado y derrocarlo. Jaffar fue sentenciado a 5 años de prisión, pero permanece en el centro de detención de Dry Dock esperando su traslado a prisión.

El trato que Jaffar ha sufrido a manos de las autoridades de Bahrein, desde su arresto hasta la tortura y los malos tratos que sufrió durante su detención, hasta su juicio, constituyen violaciones del derecho internacional, incluida la Convención contra la Tortura y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ambos convenios ratificados por Bahrein. ADHRB pide a las autoridades que retiren los cargos preseleccionados contra Jaffar y celebren un nuevo juicio para las 51 personas que defienden los estándares internacionales de juicio justo. Además, ADHRB insta a las autoridades a investigar las denuncias de tortura y acoso sexual por parte de funcionarios del CID a fin de responsabilizar a esos funcionarios y prevenir nuevos casos de maltrato en las cárceles de Bahrein.