Perfil de persecución: Mahmood Nooh AlSaeed

Mahmood Nooh AlSaeed tenía 30 años cuando fue detenido. Antes de su detención, Mahmood era perseguido por su participación política en manifestaciones pacíficas desde 2011. Mahmood ha sido objeto de graves negligencias médicas, especialmente en medio de la pandemia de COVID-19. Actualmente está recluido en la prisión de Jau, donde su salud sigue deteriorándose.

El 14 de enero de 2017, aproximadamente a la 1 de la tarde, agentes de la policía antidisturbios, de la Dirección de Investigación Criminal (CID) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), ayudados por coches civiles y un helicóptero, asaltaron la aldea de Ma’ameer. Mahmood se encontraba con dos de sus amigos íntimos en su casa cuando ésta fue asaltada. Al intentar escapar, Mahmood se cayó de la casa de tres pisos y permaneció tendido en el suelo durante mucho tiempo hasta que los agentes de Seguridad Especial lo detuvieron sin presentar una orden judicial. Aunque en el momento de la detención no se indicó el motivo, el padre de Mahmood había recibido una citación para que Mahmood compareciera ante el tribunal; sin embargo, ni Mahmood ni su abogado asistieron a las sesiones judiciales celebradas antes de su detención. En consecuencia, las sentencias se dictaron en rebeldía contra Mahmood, y su familia sólo las conoció a través de los padres de otros acusados implicados en los mismos casos. Mahmood estaba siendo perseguido por su participación en las protestas pacíficas que pedían democracia desde 2011. Ese mismo año, Mahmood resultó gravemente herido en la cabeza y en la cara, y en 2014 fue herido con perdigones por las Fuerzas Especiales de Seguridad durante la violenta represión de una manifestación en su ciudad.

Cinco días después de la detención, Mahmood se puso en contacto con su familia para informarles de que estaba en el CID. Les dijo que estaba bien y que sólo llamaría cuando fuera necesario. La llamada duró sólo dos minutos, y las noticias sobre Mahmood se cortaron durante un tiempo. Más tarde, la familia de Mahmood se enteró de que el número desde el que llamó su hijo pertenecía al Hospital Al-Qalaa, no al CID. En realidad, Mahmood fue trasladado al hospital Al-Qalaa el mismo día de la detención; sin embargo, su familia estaba siendo engañada sobre su paradero.

En el hospital, Mahmood no recibió tratamiento por las heridas que sufrió en la caída ni fue interrogado. Por el contrario, se le internó en una habitación individual en la que sólo se le administró un goteo intravenoso para librar a su cuerpo de los hematomas sufridos durante la detención. Mahmood necesitaba una intervención quirúrgica urgente porque sufría múltiples fracturas en los pies, pero el proceso se retrasó durante el mes y medio que pasó en el hospital, lo que provocó que las fracturas sanaran de forma incorrecta. Si quería ir al baño, no recibía ninguna ayuda a pesar de no poder caminar. En cambio, se veía obligado a arrastrarse para llegar al baño, que estaba muy lejos de su habitación. Incluso después de unos cuatro meses de la detención, Mahmood seguía caminando con muletas y tenía los pies hinchados y de color azul oscuro. Sigue sin poder caminar correctamente.

Mahmood estuvo desaparecido a la fuerza durante un mes y medio en el hospital Al-Qalaa. El 2 de marzo de 2017, sus padres recibieron la aprobación de su solicitud para visitar a Mahmood en el hospital por orden judicial. Sin embargo, el mismo día en que recibieron la aprobación, a las 11 de la noche, Mahmood fue trasladado a la prisión de Jau, donde llamó a su familia para informarle de su nueva ubicación.

Mahmood fue acusado en cinco casos: 1) reunión ilegal y disturbios, destrucción y posesión de artefactos inflamables y explosivos; 2) incendio criminal, reunión ilegal y disturbios, posesión de artefactos inflamables y explosivos; 3) fraude y emisión de un cheque de mala fe; 4) reunión ilegal y disturbios, destrucción con negligencia, posesión y fabricación de artefactos utilizables y explosivos; y 5) reunión ilegal y disturbios, incendios provocados, posesión y fabricación de artefactos explosivos y utilizables, y puesta en peligro intencionada de un medio de transporte privado. En consecuencia, fue condenado a 1) dos años de prisión en rebeldía el 17 de febrero de 2015; 2) cinco años de prisión en presencia de su abogado el 14 de abril de 2014 3) pagar una multa de 50 dinares bahreiníes en rebeldía el 27 de enero de 2015; 4) dos años de prisión en rebeldía el 17 de noviembre de 2015; y 5) siete años de prisión y el decomiso de los bienes incautados en presencia de su abogado el 23 de junio de 2016. Tras el recurso, el total de sus condenas se redujo de 16 a 10 años.

A pesar de seguir sufriendo el deterioro de sus condiciones médicas, la Administración Penitenciaria se ha negado sistemáticamente a llevar a Mahmood a todas sus citas médicas, incluidas las del departamento de ortopedia. Inicialmente, tras varios intentos, Mahmood fue llevado al Complejo Médico de Salmaniya para que le examinaran sus dolores de estómago. Es posible que padezca el síndrome del intestino irritable (SII). Sin embargo, debido a la pandemia de COVID-19 que se extendió en la prisión de Jau, Mahmood sigue sin ser llevado a sus citas, incluida una cita en la clínica de medicina interna necesaria para someterse a una cirugía endoscópica.

Como la Administración Penitenciaria ha aprovechado la pandemia para imponer nuevas restricciones a los presos, a Mahmood, como a otros, sólo se le permite contactar virtualmente con su familia durante 10 minutos, una vez al mes. Sin embargo, debido a la falta de privacidad, Mahmood se niega a ponerse en contacto con su familia de esta manera y sigue intentando ocultar su empeoramiento de salud por miedo a sus sentimientos.

Todas las acciones cometidas por el gobierno bahreiní contra Mahmood constituyen violaciones de la Constitución de Bahrein y de los tratados de derecho internacional de los que Bahrein es signatario, como la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CAT) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR). La inhumana negligencia médica a la que ha sido sometido Mahmood, especialmente en medio de la fatal pandemia de COVID-19, es una flagrante violación de las Reglas de Mandela. Por ello, la ADHRB hace un llamamiento al Gobierno de Bahréin para que ofrezca tratamiento médico a Mahmood y retire todos los cargos infundados contra él y otros presos políticos.