Aumenta la preocupación de los principales políticos franceses por las violaciones de los derechos humanos y las condiciones de los presos políticos en Bahréin

  Xavier Paluszkiewicz, diputado (MP) por Francia, interrogó al ministro de Europa y Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, sobre la posición de Francia en relación con la continua violación de las libertades fundamentales en Bahréin. El Sr. Paluszkiewicz, diputado de la Asamblea Nacional francesa, representa a La Republique En Marche desde 2017 y es miembro de la Comisión de Asuntos Europeos.
En su pregunta al ministro de Asuntos Exteriores, el Sr. Paluszkiewicz llamó la atención sobre las detenciones de personalidades políticas por parte de las autoridades bahreiníes desde febrero de 2011. Se refirió explícitamente a Hussan Mushaima, líder de la oposición política en Bahréin, y al Dr. Abduljalil Al-Singace, activista y defensor de los derechos humanos. El Sr. Paluszkiewicz expresó su preocupación por la violación de sus libertades fundamentales, especialmente teniendo en cuenta el rápido deterioro de sus condiciones de salud.
Hassan Mushaima fue trasladado recientemente al hospital tras un rápido deterioro de su salud, después de que las autoridades no le proporcionaran en repetidas ocasiones una atención sanitaria adecuada en prisión. Se le sigue negando la medicación y el tratamiento básicos, lo que hace que sufra efectos irreversibles en su salud. Además, el Dr. Abduljalil Al-Singace lleva en huelga de hambre desde el 8 de julio de 2021, en protesta por los malos tratos que recibe en prisión y por la confiscación de sus escritos, en los que llevaba trabajando cuatro años. A pesar de que su huelga de hambre entra en su séptima semana, las autoridades siguen negando sus libertades básicas e ignorando sus peticiones de que se respeten sus derechos humanos. La negligente atención médica de Hassan Mushaima y del Dr. Abduljalil Al-Singace es un ejemplo más de la persecución de Bahréin contra los defensores de los derechos humanos y los líderes de la oposición, así como del terrible trato que reciben los presos de conciencia en general.
Las preocupaciones planteadas por el Sr. Paluszkiewicz se suman a las recientes observaciones realizadas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y otros importantes grupos de derechos humanos, que han alertado a la comunidad internacional sobre la grave situación de los derechos humanos en Bahréin. Por ello, el Sr. Paluszkiewicz ha solicitado al Ministro de Asuntos Exteriores que dé a conocer la posición de Francia en relación con el incumplimiento de los compromisos internacionales por parte de Bahréin, y que le informe de las posibles medidas diplomáticas para remediar las graves violaciones de los derechos humanos perpetradas en el país.
Las preguntas formuladas por el Sr. Paluszkiewicz se produjeron sólo tres semanas después de que la diputada guadalupeña Justine Benin interrogara al ministro de Asuntos Exteriores sobre su compromiso de garantizar el respeto de la dignidad humana y las libertades políticas en Bahréin. La Sra. Benin también llamó la atención sobre los casos de Hassan Mushaima y el Dr. Abduljalil Al-Singace, utilizándolos como ejemplo de la opresión sistemática de Bahréin contra todas las figuras de la oposición. El gobierno francés ha sido denunciado en repetidas ocasiones por su falta de acción con respecto a las violaciones de los derechos humanos en Bahréin, y los parlamentarios están empezando a presionar al gobierno para que sea más directo en su posición sobre el reino. Esto significa un cambio significativo entre los políticos franceses, que están cada vez más preocupados por el incumplimiento de las obligaciones internacionales de Bahréin y por los continuos informes de violaciones de derechos humanos que surgen en el país.
Los continuos ataques de Bahréin a la libertad de expresión han sido un importante motivo de preocupación para la comunidad internacional, ya que el gobierno ha mostrado un especial desprecio por este derecho en el ámbito civil y político. Las fuerzas de seguridad bahreiníes han seguido deteniendo y maltratando regularmente a críticos del gobierno, periodistas, activistas y líderes religiosos, sometiéndolos a la brutalidad policial, a largas penas de prisión y a la desnaturalización arbitraria. Como resultado, el gobierno mantiene actualmente a unos 4.000 presos políticos y sigue encarcelando a personas por cargos relacionados únicamente con la libertad de expresión, reunión y asociación. A pesar de varias observaciones internacionales, de las recomendaciones del Examen Periódico Universal y de las solicitudes de los relatores especiales para visitar el país, el Reino de Bahréin sigue mostrando una flagrante indiferencia hacia los derechos humanos de su propio pueblo.
Está claro que la presión bilateral y multilateral es la única forma de coaccionar al reino para que actúe de acuerdo con las normas internacionales de derechos humanos. Los esfuerzos realizados por los diputados franceses Xavier Paluszkiewicz y Justine Benin suponen un paso en la dirección correcta, impulsando la actuación de gobiernos extranjeros para denunciar el continuo rechazo de Bahréin a las libertades fundamentales dentro del reino.