Un grupo bipartidista de senadores estadounidenses envía una carta al secretario Blinken en la que denuncia la «represión violenta y sistémica» de Bahréin

Un grupo bipartidista de senadores estadounidenses ha enviado una carta al Secretario de Estado Antony Blinken en la que expresan su preocupación por el terrible historial de derechos humanos del gobierno de Bahréin y piden detalles sobre cómo piensa la Administración Biden presionar para que se ponga fin a la violenta represión del pueblo bahreiní por parte de su propio gobierno.
Los senadores que firman la carta son Ron Wyden, Marco Rubio, Tammy Baldwin, Sherrod Brown, Patrick Leahy, Jeff Merkley y Bernie Sanders.
«Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain agradece profundamente a los senadores su compromiso de hacer que el Gobierno de Bahréin rinda cuentas por su violación sistemática de los derechos humanos.  El Gobierno de Bahréin es un violador atroz, persistente y flagrante de los derechos de sus ciudadanos en casi todos los niveles», dijo Husain Abdulla, Director Ejecutivo de Americans for Democracy and Human Rights in Bahrain.  «Necesitamos saber qué está haciendo la Administración Biden-Harris para cumplir su compromiso de situar los derechos humanos en el centro de la política exterior estadounidense.  Bahréin es un caso de prueba para las nuevas políticas de la Administración y el mundo está observando».
Los senadores citan una larga lista de abusos contra los derechos humanos perpetrados por el gobierno de Bahréin, entre los que se encuentran «la detención arbitraria, la tortura, el trato cruel y degradante a los presos, las restricciones a la libertad de prensa, la injerencia en las reuniones pacíficas y las restricciones a la participación política y la práctica religiosa».
La oposición política en Bahréin ha sido prohibida, los medios de comunicación independientes cerrados y varios miles de presos políticos languidecen en las cárceles bahreiníes, entre ellos los líderes de la oposición Hasan Mushaima y Naji Fateel.
La carta deja claro que el atroz comportamiento del Gobierno de Bahréin puede tener consecuencias muy reales para la seguridad global de Estados Unidos.  Los senadores expresan su preocupación «por el impacto que esta violenta represión tiene en los ciudadanos de Bahrein y en la estabilidad del país a largo plazo» y que «la represión violenta y sistémica del gobierno de Bahrein generará resentimiento e inestabilidad, y podría, en última instancia, amenazar a la Quinta Flota de la Armada y a los varios miles de estadounidenses que viven y trabajan en las instalaciones de Estados Unidos en Bahrein».
La carta pide al Departamento de Estado que «diga verdades duras» al Gobierno de Bahréin poniendo los derechos humanos en el centro de la política exterior estadounidense.
Este marco fue respaldado por el presidente Biden en fecha tan reciente como el 21 de septiembre de 2021, en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.  Dijo que «estamos abriendo una nueva era de diplomacia implacable… de renovación y defensa de la democracia. . . El futuro pertenecerá a aquellos que den a sus pueblos la posibilidad de respirar libremente, no a los que pretendan sofocar a sus pueblos con mano de hierro».
La carta pide al Departamento de Estado que informe sobre sus esfuerzos para mejorar los derechos humanos en Bahréin. y plantea cuestiones ineludibles como 1) la liberación de los presos políticos, incluidos los líderes de la oposición Hasan Mushaima y Naji Fateel, 2) la posibilidad de vincular las ventas de artículos y servicios de defensa a Bahréin a la mejora de los derechos humanos, y 3) la posibilidad de ejercer la autoridad de la Ley Magnitsky u otras autoridades sancionadoras contra miembros del gobierno de Bahréin responsables de graves violaciones de los derechos humanos.
«Si el gobierno de Bahréin se toma en serio la idea de poner fin a su reinado de terror sobre sus ciudadanos, liberará inmediatamente a todos los presos políticos, iniciará un diálogo con la oposición política y llevará ante la justicia a quienes hayan cometido abusos contra los derechos humanos, incluidos los miembros de las fuerzas de seguridad bahreiníes», ha declarado Abdulla.  «A menos que veamos un progreso sustancial y rápido en esas tres áreas, sabremos que todo sigue igual en Bahréin y que la diplomacia estadounidense con este país no está funcionando».