PERFIL EN PERSECUCIÓN: FARIS HUSAIN SALMAN

Faris Habib Husain, era un estudiante de 18 años cuando fue golpeado y detenido sin orden judicial en una redada domiciliaria. En consecuencia, fue torturado y sometido a violaciones de un juicio justo. Actualmente se encuentra en el Centro de Detención del Dique Seco a la espera de que se dicte la sentencia en su contra.

El 9 de febrero de 2021, Faris fue convocado por una llamada a su padre solicitando que lo llevaran al CID de Adliya. Cuando acudieron al día siguiente, le pidieron a su padre que firmara unos papeles sin leerlos y le dijeron que él y su hijo debían ir a la sede del Tribunal Penal Supremo al día siguiente.

Faris y su familia acudieron al edificio del tribunal el 11 de febrero, y allí el tribunal celebró su primera sesión. Se presentaron cuatro cargos contra él en relación con las protestas de febrero de 2020. Faris negó todos los cargos y fue detenido el mismo día y recluido durante un mes en el Centro de Detención del Dique Seco.

Durante su detención, Faris fue sometido a varias violaciones, incluidas amenazas de violar a sus padres. Fue interrogado y llevado a la fiscalía sin la presencia de su padre ni de un abogado. También fue amenazado por un agente de policía de que lo volverían a detener cuando cumpliera 18 años en caso de que lo pusieran en libertad, como represalia porque su familia presentó una denuncia contra el agente de policía después de que éste le cortara el pelo sin su consentimiento y lo agrediera. Gracias a la movilización de activistas y grupos internacionales de derechos humanos, Faris quedó en libertad y fue condenado a 6 meses de trabajos agrícolas como pena alternativa el 11 de marzo, acusado de reunión ilegal, disturbios, posesión de cócteles molotov y quema de neumáticos el 14 de febrero de 2020.

Sin embargo, el 12 de julio de 2021, la familia recibió una citación para investigación de la comisaría de policía de la 17ª rotonda de Hamad Town, donde Faris fue interrogado en relación con su participación en una manifestación. Tras una investigación que duró horas, fue puesto en libertad.

El 26 de noviembre de 2021, después de que Faris cumpliera 18 años, las fuerzas de seguridad, agentes enmascarados vestidos de civil y un agente con ropa oficial sin emblema, allanaron la casa de Faris a las 5 de la mañana. Con la casa rodeada desde el exterior también en gran número, los agentes entraron en todas las habitaciones a pesar de la presencia de su madre con velo. Los agentes registraron la casa y destruyeron su contenido. Entraron en el dormitorio de Faris, lo despertaron enseguida y lo encadenaron. Su madre pudo oír los ruidos de la paliza a su hijo desde detrás de la puerta de su habitación, pero no pudo hacer nada. Faris fue detenido sin que se le presentara una orden de arresto o una razón para su detención, y se le dijo a la familia que sería llevado al CID. Faris llamó el mismo día al atardecer durante unos segundos diciendo que estaba en las investigaciones y luego colgó directamente el teléfono. El segundo día de su detención, aproximadamente a las 2 de la madrugada, policías antidisturbios y agentes de paisano registraron la casa de Faris sin presentar una orden de registro.

En el CID, Faris fue interrogado durante una semana y torturado mediante golpes e intimidaciones, sin la presencia de sus padres ni de su abogado. No mencionó los detalles a su madre por miedo a sus sentimientos. Además, le amenazaron con violar a su familia y con descargas eléctricas. Esto se hizo para obligar a Faris a confesar los cargos que se le imputaban, y acabó firmando una confesión de haber recibido fondos e incitación. Como consecuencia de la tortura, Faris sufre dolores de cabeza y de piernas crónicos, por lo que un médico de la clínica de detención le ha recetado medicamentos. El 30 de enero de 2022 se renovó su detención por 60 días. Faris se encuentra actualmente en el Centro de Detención del Dique Seco, a la espera de su juicio como joven de 18 años.

La detención arbitraria y la tortura de Faris por parte de las autoridades bahreiníes violan el derecho internacional, incluida la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del que Bahréin es parte. Por ello, la ADHRB pide a Bahréin que cumpla con sus obligaciones en materia de derechos humanos poniendo en libertad a Faris y garantizando que su juicio se ajusta a las normas internacionales de un juicio justo. Además, la ADHRB insta a las autoridades a investigar las denuncias de tortura y malos tratos por parte de los funcionarios de prisiones, a responsabilizar a dichos funcionarios y a proporcionar a Faris un tratamiento médico adecuado y oportuno.