Mesa redonda – Profundización de la crisis política y de derechos humanos en Bahrein

El 3 de julio de 2020, Americans for Democracy and Human Rights in Bahrain organizó un evento en línea titulado «Profundización de la crisis política y de derechos humanos en Bahrein».  Este evento tuvo un significado especial, ya que demostró  que los defensores de los derechos humanos pueden seguir alzando su voz y abogando por un cambio positivo en países opresores como Bahrein, incluso en medio de la actual crisis mundial de la COVID-19 y a pesar de las restricciones que puede imponer el comienzo del 44º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.

El evento del 3 de julio se centró en una pregunta clave: ¿Se ha perdido la oportunidad de acercar posturas entre la oposición y el Gobierno bahreiní? Esta pregunta se planteó en medio de la actual inestabilidad en el país, y en la región del Golfo Árabe.  Una inestabilidad que es exacerbada todavía más por los continuos problemas políticos, de derechos humanos, económicos y sociales que existen en el país. Aunque han pasado ya nueve años desde la Primavera Árabe de 2011, parece que las medidas del Gobierno para suprimir los movimientos prodemocráticas en el país siguen estando vigentes, y tal vez más, dada la actual inseguridad mundial.

Libertad de Bahrein – BFM, Salma Moussawi, jefa del programa de defensa jurídica de Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain, Ali Mushaima, un destacado activista bahreiní que vive en el exilio, y Fabiana Perazzoli, una asistente de la abogacía para la organización Americans for Democracy & Human Rights in Bahrain – Roma, analizaron la actual crisis política y de derechos humanos en el país y examinaron además la perspectiva de estabilidad general y la capacidad de reconciliación entre las facciones opositoras y el Gobierno de Bahrein.

Fabiana Perazzoli inició el debate afirmando que Italia se encuentra en una posición única en cuanto a su capacidad de influir en la política de Bahrein, en la medida en que Italia es uno de los pocos países europeos que tiene una embajada física en Bahrein. La Sra. Perazzoli declaró que los funcionarios del Gobierno de Bahrein implicados en abusos de los derechos humanos pueden seguir operando con impunidad debido a su estrecha relación política y de seguridad con los Estados Unidos y el Reino Unido. La Sra. Perazzoli declaró que las cuestiones de derechos humanos en Bahrein sólo podían abordarse cuando existiera un sistema político justo y equitativo. Analizó que la relación de Italia con Bahrein podía utilizarse para orientar la política europea a fin de abordar el comportamiento del Gobierno de Bahrein contra su pueblo e instituir la rendición de cuentas y un diálogo político. Recientemente, los cambios propuestos por la política italiana hacia Bahrein han sido bien recibidos por varios parlamentarios y Gobiernos europeos, ya que se ha comenzado a aceptar que en Bahrein hay una crisis política y que los derechos humanos son violados sistemáticamente. Perazzoli concluyó afirmando que las abusos en Bahrein no terminarán hasta que sus dos poderosos aliados dejen de consentir las violaciones de derechos humanos y el repetido uso de la tortura llevadas a cabo por las autoridades bahreiníes.

El Dr. Saeed al-Shehabi estableció  una poderosa conexión con el actual movimiento que está gestándose en los Estados Unidos; al igual que los estadounidenses, proclamó que «los bahreiníes no pueden respirar» y que están ahogados, por una sociedad opresiva que puede condenar a los manifestantes (muchos de ellos jóvenes) a condenas de por vida incluso por expresar sus deseos de liberación política. Sin embargo, la cadena perpetua, afirma, es un pequeño precio a pagar por la libertad. Una cabeza de pescado se pudre desde arriba, y también lo hace este sistema corrupto. El propio rey Hamad ha prometido una reforma, incluso ha liberado varias veces a prisioneros políticos como un acto de supuesta buena voluntad. Sin embargo, el problema es sistémico: nunca habrá derechos humanos en Bahrein sin un cambio político serio.

En cuanto a los sistemas y prácticas de justicia de Bahrein, Salma Moussawi de ADHRB, declaró que esos procesos que defendían los derechos humanos básicos, como las debidas garantías procesales, simplemente ya no existían. Al hacerlo, dio poderosos ejemplos de las diversas violaciones de los derechos humanos que seguían asolando a  Reino, incluyendo la historia del brutal interrogatorio de Mahmood Saeed Abdulla, de 18 años de edad. Mahmood, que sólo era un estudiante de primer año, fue sometido a «las formas más brutales de tortura y abuso durante su interrogatorio» después de haber sido obligado a desaparecer durante casi 28 días. Historias como ésta, explicó Salma, ilustran por qué la situación de los derechos humanos ha empeorado en Bahrein a pesar de la ilusión de progreso que se proyecta. Aunque el Reino aparentemente liberó a varios  prisioneros debido a la crisis de COVID19 , se observó posteriormente que ninguna de las personas liberadas eran prisioneros políticos y/o activistas que habían sido detenidos bajo cargos de terrorismo masivo por su participación en actos activistas y “disidentes”. Al discutir su labor y lo que se puede hacer para sacar a la luz estas situaciones y ofrecerles una solución tangible, Salma mencionó que su trabajo es documentar las violaciones, y que deben promulgarse nuevas formas de abogacía para incitar al Reino de Bahrein a cambiar. Terminó con una nota contundente, afirmando que no se puede criticar al Gobierno en absoluto, y que no hay garantías para proteger a los ciudadanos del encarcelamiento o la tortura.

Ali Mushaima fue el cuarto panelista en el evento, y habló sobre sus propias experiencias con el Gobierno de Bahrein. Contó la historia de cómo su padre, Hassan Mushaima, quien fue arrestado y encarcelado durante las manifestaciones pro-democracia de 2011 en Bahrein. Ali se encontraba en Londres en el momento del arresto de su padre, y el Gobierno de Bahrein le revocó la ciudadanía por su conexión a su padre. Tras su detención, Hassan Mushaima fue objeto de brutales torturas por parte de las autoridades de Bahrein, en una ocasión fue obligado a permanecer de pie durante horas a pesar de sus enfermedades crónicas y su avanzada edad. Ali hizo una huelga de hambre frente a la Embajada de Bahrein en Londres para protestar por las atroces violaciones de los derechos humanos cometidas contra su padre y otros innumerables activistas en la prisión de Jau y en el Centro de Detención Dry Dock. Ali declaró que no se responsabiliza a ninguna autoridad de Bahrein por su participación en la violación de los derechos humanos.

In the end, all panelists agreed that the impunity and lack of accountability afforded to human rights abusers within Bahrain allow for its perpetuation. In order to facilitate real change,  the international community must counter this impunity. The event ended with each panelist addressing questions from the audience on a broad range of topics regarding the current situation in Bahrain, and which further elaborated on the questions and suggestions of reconciliation.

Para concluir, todos los panelistas estuvieron de acuerdo en que la impunidad y la falta de rendición de cuentas de los violadores de los derechos humanos en Bahrein permite su perpetuación. A fin de facilitar un cambio real, la comunidad internacional debe contrarrestar esa impunidad. El evento terminó con la intervención de todos los panelistas, quienes respondieron  a las preguntas de la audiencia sobre una amplia gama de temas relacionados con la situación actual de Bahrein.